Darle la vuelta a las palabras es lo que hacen ahora la mayoría de agencias de publicidad y se creen originales, pero no. Se lleva haciendo siglos y algunas nos lo pasamos bien solas y sin publicarlo. Entre otras cosas porque a veces tienen tantas connotaciones que se nos escapa la hebra y el hilo, sí, a mi menda!. La peluquería Milano pone en su toldo : Pelo quería el caballero, mira no! llamad a yoquesséf
¿El escudo de ACM 1899?: Atrévete a cortarme las manos por los 1899 caballeros a los que le he hecho un desastre. ¿Quién sabe si el peluquero quería llamar a su tienda Peluquería Mimano?
Me han traido hoy una pistola de agua flamante. Las palomas ya no son las de antes y se hacen las suecas cuando uso la vieja. Ya nada les impresiona. Debe ser el cambio climático.
No me pienso enrollar sobre dónde me había metido porque esto está en el aire, como su nombre indica, y no lo va a leer ni Buda. Acabo de tropezarme con un anuncio promocionando los insectos. Tiene gracia si pensamos que nos los hemos estado cargando de forma masiva desde hace decadas, si no siglos. La frase que mi madre más repite es "Cierra, que no entren bichos" y cuando era niña en verano las botellas de insecticida apestoso (flis en mi pueblo) se vendían hasta en tiendas de ultramarinos. Aunque lo nieguen los mandatarios con cara de zanahoria y para qué negarlo, algo de insecto; este planeta tiene toda la pinta de empezar a irse al garito. Todo se lleva no obstante mucho mejor con música, y sin tantos insectos, para qué nos vamos a engañar ...
