JUEVES, 14 DE NOVIEMBRE
Me encantaría reirme un poco, otro dia será.
Hay dias, os pasará seguramente a vosotros tambien, en los que leo cosas que he estado pensando de alguna manera durante bastante tiempo, dichas por gente que sabe explicarlas mejor que yo, y que disponen de un medio o una plataforma para hacerlas públicas. Ahí va:
De este artículo
http://elpais.com/elpais/2012/11/12/opinion/1352747017_116039.html
os copio un fragmento que me parece importante:
"Nuestros hijos vivirán en este mundo rico en datos, en el que los
trabajos manuales bien pagados habrán desaparecido prácticamente,
sustituidos por los robots, y en el que la habilidad principal necesaria
para ganarse bien la vida será saber manejar datos, información,
símbolos, e ideas. Las máquinas no se manipularán con las manos, sino
con un teclado, y los maquinistas tendrán que saber programar. El valor
añadido en los procesos productivos estará antes de la fabricación (I+D)
y después de esta (servicios), no en la fabricación misma. Las
decisiones no se tomarán a partir de intuiciones e instintos, sino a
partir de una lectura correcta de la evidencia.
Es sorprendente en este sentido que los españoles acepten sin
rechistar la estafa que supone la enseñanza secundaria y universitaria
que se imparte en demasiados lugares en España, plagada de profesores
que imaginan que enseñar consiste en sentarse en una silla a dictar
apuntes (¿no conocerán quizás la moderna invención de la fotocopiadora,
la impresora, y el correo electrónico?). El debate sobre enseñanza se
centra siempre, en cada uno de los interminables procesos de “reforma”
en si clase de religión sí o clase no; y si formación del espíritu
nacional español, o mejor espíritu nacional catalán o cántabro. Y
podemos estar seguros de que los padres protestarán contra cualquier
incidente con la comida, que se echarán a la calle ante cualquier subida
de tasas, o fallo en la limpieza de las clases.
Pero estamos por escuchar la primera protesta porque a los niños no
se les exige suficiente, porque las clases son demasiado blandas,
rutinarias, y memorísticas. Estamos por escuchar la primera protesta
porque los chicos salen del colegio, con 16 o con 18 años, sin haber
adquirido los tres fundamentos claves necesarios para salir adelante en
la economía de conocimiento: un nivel avanzado de confianza en el uso de
las matemáticas y la estadística; una capacidad elevada para escribir
un argumento, no solo correcto gramaticalmente, sino razonado con
claridad y convicción; y un nivel avanzado de inglés. No nos engañemos,
sin haber adquirido estos tres fundamentos básicos para participar en la
economía del conocimiento, es como si los niños no hubieran pisado la
escuela desde los 14 años. Y conseguir esta prioridad requiere no solo
que los padres se involucren mucho más y que los colegios exijan mucho
más, sino también que el modelo educativo cambie, y que exijamos a los
Gobiernos, del signo que sea, que sacrifiquen primero el gasto en
cualquiera de los otros dos pilares del Estado de bienestar, sanidad y
pensiones, si es estrictamente necesario, pero que mantengan por encima
de todo la inversión en capital humano, en educación, absolutamente
necesaria para asegurar el futuro del país."
Luis Garicano, el autor del artículo, es catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics
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