De vez en cuando concluyo que el "encanto de la mezcla" no es nada fácil de conjurar.
No hablo de cocktails (que también podría ;-)) sino de creación artística. Hay libros que mezclan con gracia y maestría mundos y lenguajes diversos, incluso opuestos. Los arquitectos más inspiradores son los que construyen híbridos de formas modernísimas con un "ramalazo" de clasicismo sutíl e indescriptible. El mejor cine actual "roba" tipos de secuencias o planos a los grandes realizadores y los combina con muchas otras cosas totalmente nuevas que aún no había hecho nadie y que nos dejan sin palabras para nombrarlas al final de la peli.
Cuando se mezcla sospecho que hay que tener un cuidado extremo en no estropear la naturaleza y la propiedad de los "ingredientes".
En música me molesta mucho cuando esto ocurre y pienso, sin decir, la pedante y repetida frase de "menos es más".
Aquí os dejo a Sarah Vaughan acompañada de una guitarra, Mundell Lowe y un contrabajo, George Duvivier. Canta y frasea "When Sunny gets blue" con pocos arreglos y como una diosa "pureta" :-))) en el LP "After Hours" de 1961.
yo me confieso amante de lo mezclado, del mestizaje y de lo versionado, eso si, con gusto, con respeto y con personalidad de aquel que se atreve a realizarlo
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