LUNES, 6 DE OCTUBRE
Era por el 1857 que Richard Wagner andaba por Suiza con morriña, enamorado de Mathilde Wesendonk hasta los tuétanos (ambos estaban casados con otros respectivos) y en esas ;-) le dio por poner música a una serie de poemas que ella había escrito. Resultado de aquello fueron los "Wesendonk Lieder", dificilísimos de cantar bien y con los que Alma Mahler parece que se dejó la poca voz que ya tenía ... :-)
Uno de ellos "Am Treibhaus" sería un ensayo que Wagner usó en su futura ópera Tristan und Isolde, y cuya obertura y tercer acto deberían ser en sí una clase de música obligatoria en un utópico mundo civilizado. Pero seamos realistas:
Pronto esta música será arqueología y mientras los fondos públicos se dediquen a lo que busca la mayoría, circo y circo, a pocos o a algunos les quedarán sólo las grabaciones (viva la técnica) que confirmarán que existió la belleza de Altas-Miras.
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