Siempre me ha gustado el catalán y lo bueno de ese país.
Incluso cuando les he dicho de donde era y me han mirado sonriendo:
- "Ah! eres africana!"
- "¿Por qué no? No falta belleza en ninguna parte de este planeta y menos en Africa, nen".
Siempre me lo he tomado a bien y si he podido les he devuelto el chiste, por ejemplo:
"La palabra que mas me gusta en catalán es ... pasta fullada" (hojaldre) :-))))
Ser del sur de España (Africa para algunos de ellos) tiene muchas cosas buenas y las disfruto todos los días :-)
Conocer lo extranjero otorga capacidad, licencias, privilegios.
Cuando nado en otros mares aprendo a disfrutar de los peces con los que no he nadado antes.
¿De dónde viene la aversión y el rechazo a lo ajeno?
Es muy difícil luchar contra la imposición y el dogmatismo si se desconoce lo diferente.
El historiador catalán Josep Fontana decía en una entrevista muy interesante de la revista Jot Down:
"hasta bien entrado el siglo XIX los políticos españoles son contrarios a la industrialización. Lo consideran un mal que genera vicios y ansias revolucionarias. Piensan que afortunadamente España es un país agrícola donde la gente es moderada, consume poco y no pide cosas extrañas, y se resignan a que la industrialización sea una cosa para Barcelona y poco más. Existe toda una literatura anticatalana durante los siglos XIX y XX, y que continúa el XXI, en la base de la cual está la absoluta imposibilidad de entender que hay una gente que realmente es distinta".
http://www.jotdown.es/2012/11/josep-fontana-y-enric-gonzalez-o-que-ocurre-en-cataluna/
VIVAN LAS DIFERENCIAS
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